sábado, 5 de noviembre de 2011

20. El calor de un corazón

"Ángel..." Gimoteaba el cadáver "¿P-Por...qué?" Sus ojos estaban cristalizados por las lágrimas. Cerró los ojos y espero la muerte con ansia. Pero su espera no fue respondida. De pronto en plena oscuridad alguien recogía su mutilado cuerpo entre unos brazos fríos. Con pesadez forzó la poca vista que le quedaba pero solo diviso borrones y un cabello azul intenso acompañados de unos ojos verdes. La fuerza se le acabo y cerró los ojos dejandose hacer. La extraña recogió con cuidado cada extremidad arancada y haciendo esfuerzos por no dejarse llevar por los instintos. La sangre mojaba sus brazos y ropas y el aroma era demasiado tentador. Pero aun así, prosiguió y llego a su lado.

Cameron aguardaba entre los arboles apoyado en uno de los altos pinos que rodeaban el paseo.

"¿Averiguastes ya que era...¿¡PERO QUÉ DEMONIOS!?" Asaltado, Cameron se enderezo y observo el cuerpo ensangrentado de una niña que portaba su amada en brazos.

"Un pulgoso la ataco. Cuando yo llegué este huía dejándola desangrándose. Debemos salvarla. Oh dios Cam... Es incluso más pequeña que yo..." La chica se llevo la mano al pecho alterada tras dejar a la mutilada en el suelo. Cam la paso el brazo por los hombros y rozó sus labios en los de ella.

"Tranquila amor. Con los años verás que esto es muy normal. Yo una vez me encontré a infantes mucho más pequeños que ella. Pero...¿por qué tanto interés en salvarla? Que yo recuerde en estos 200 años has visto más que cadáveres y nunca quisistes darles el "don". ¿A qué viene este interés si se puede saber, Kara?" Kara bajo la cabeza y miro al cadáver con mirada furibunda y dijo sin mirar y en voz apenas audible.

"Porque es igual a mi hermana..."

Cameron sorprendido perdió la fuerza en la mano que sostenía la de Kara. No tenía ninguna replica a esa deducción. Kara se dirigió a la mutilada y comenzo a analizar el modo de recomponer al ser que en horas fue. Cam miró la cara ensangrentada de la joven. Había tenido suerte. El lobo le había arrancando partes del cuerpo no del todo vitales, por lo que con un corazón herido y una mente exhausta, luchaba con flaqueza al reloj de arena de la muerte.  Entonces rememoro la noche que conoció a Kara y como enterraron a su hermana. Y al mirar a la chica le recordó un poco a la joven que encontró en antaño muerta. Dejó de perder el tiempo y se puso a ayudar a Kara que colocaba cada extremidad en su sitio. No les llevo mucho tiempo completar el puzle pero aun les quedaba la parte más compleja. Soldar las piezas para convertirlas en una. Meditaron la idea pero no había tiempo. A la joven le quedaba menos tiempo del calculado. No era por fuerza, si no porque estaba dejando de luchar. Kara y Cameron se miraron asustados pensando que no había cura. Pero Kara se lanzo con una loca leyenda en mente.

"¡¿Kara?!" Cam pensando que su amada había perdido los estribos y su lado salvaje la pudo se sobresalto. Pero Kara tenía la mente más fría que su cuerpo y se aferro con uñas y dientes a un hilo de esperanza que la muerte no había destruido.

La chica abrió los ojos de pronto cuando los dientes de Kara se clavaron en su cuello. Al abrir la boca inspiro su último aliento. Cuando el aire de sus pulmones fue liberado se perdió junto con su humanidad.
Kara se levantó con ayuda con Cameron. De pronto aquel cadáver había empezado a brillar con una tonalidad azulada. Kara confusa se refugió en el pecho de Cam.

"No puede ser. Ella..." Susurro Cameron sabiendo el motivo de aquel resplandor. Cuando la luz marchó, las piezas del puzle estaban unidad como si nunca se hubieran separado. No quedó cicatriz física alguna de aquella tragedia. Pero en el corazón de la muchacha quedó marcado y ningún "don" podría curarlo.

"Lo logré" Dijo Kara al ver como la chica aun manchada de sangre se erguía y movía su brazo para llevarse la mano a las sienes.

"¿Dónde? ¿Qué ocurrió?...¿Ángel?..." Cameron aun congelado tras aquel resplandor quedó fijado al suelo mientras que Kara se acerco veloz y contenta a su creación.

"¡Bienvenida de vuelta!" La joven la miró confusa y, asustada por los colmillos retrocedió un poco en el suelo. Tranquila estas a salvo, ese hombre lobo no volverá a hacerte daño alguno"

"¿Hombre lobo? Lo siento señorita pero anda muy equivocada yo estaba paseando con Ángel, mi novio,m y por razones que desconozco me hayo aquí manchada de sangre hablando con usted."

"No querida. No niegues tus nublados recuerdos. Todo lo que tomas por un sueño, ocurrió. Aquel que llamas Ángel era un hombre lobo y elegisteis mal día para dar un paseo con él. Ya que ´hoy es noche de luna llena."

"Le repito señora que Ángel no es ningún hombre lobo. Cuando venga a por mí ya verá"

"Me temo que no podremos permitirle que vuelva usted a ningún sitio pequeña. Para su información toda esa sangre es suya causada por vuestro "inocente novio al descuartizaros"

"¡Eso no puede ser posible! Si toda esta sangre es mía y me han descuartizado...¡Tendría que estar muerta  o tener cicatrices!"

"Permitid me una pregunta. ¿No s notáis diferente? Más fuerte, más "viva" y con una ardiente sed?" La joven asintió con la cabeza "Eso se debe a que os acabáis de volver vampiro gracias a mí y a Cam. Pero no desesperes, sé lo chocante y traumática que puede ser la idea al principio pero te acostumbraras. Ahora somos tu nueva familia, Cristalice" Dijo con sonrisa maternal. Había leído el nombre en una pulsera de oro cuando recogía uno de sus brazos.

"Pero...yo...Ángel...él no pudo..." Los recuerdos que parecían sacados de un mal sueño procesaron en su mente. Recordó como la aviso de que huyera y ella se negó. Recordó un gran lobo negro con los ojos azul profundo de ángel. Y luego dolor, gritos y ...sangre...Mucha sangre. Se llevó las manos a la cara y se echo a llorar, Kara la consoló prometiéndola que no permitiría que aquel bastardo la encontrara de nuevo. Cris asintió y de este modo comenzo su nueva vida.

Los días pasaron y a medida que Cristalice aprendía a moverse en ese nuevo ambiente que era ser un vampiro junto a la compañía de su nueva amiga Kara. Los celos acechaban con atrapar la mente tan amueblada de Cam. Pero le era odioso ver como ahora resultaba invisible para Kara. Hace un mes estarían viajando y pasando todo su eterno tiempo juntos y ahora... Ahora solo existía Cristalice y más Cristalice. Lo que comenzó como una amistad dueña y mascota se volvió hermandad. Los siglos pasaron y una noche Cam planeo huir y preparar una venganza. Sabía perfectamente el punto débil de su enemiga. Pero mientras escapaba en la noche del campamento que construyeron en el bosque. Con un ligero beso se despidió de Kara que, a pesar de que no lo necesitara, dormía por no perder algo que le recordaba a su humanidad. Pero al echarse al bosque se encontró con Cris que venía cargada de troncos para alimentar el fuego.

"¿A dónde vas, Cam?" Al contrario, Cris guardaba un buen sentimiento hacía Cam. Pero por más que intentara arreglar aquella tensa relación se daba con el canto en los dientes. Ya que Cam no daba su brazo a torcer.

"A donde no te importa Trapo" Así era como la llamaba. "Trapo" en honor a como la vio cuando la conoció. Como una muñeca de trapo rota. Pero a pesar de todos los desprecios Cris no dejaba de intentar manterner, no amistad, pero si poder aguantar en compañía sin que Cam estuviera de morros quejandose como un zagal (niño).

"De acuerdo Cameron. Pero regresa pronto ¿eh? Sino Kara se preocupara." Cam no oyó sus palabras y con su capa negra y a grandes zancadas se alejo lo suficiente para emprender el viaje.

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Era bastante difícil tratar ahora con Amy. Rehuía que yo la tocara. Me temía. Y no me gustaba verla así. Pero no pensaba echárselo en cara ya que era la reacción más normal. Me costo mucho convencerla de que me siguiera y no escapara, como hacía siempre que me despistaba. Pero el bosque era un lugar poco seguro para dejarla correr sola y sin protección. Era como meterse en la boca del lobo, y no permitiría que Amy fuera plato de nadie. Llegué a una vieja casa en la que tiempo atrás habíamos habitado y no había quedado tan destruida. Aun un colchón viejo había sobrevivido al igual que algunas mantas. Se las entregue a Amy que estaba al punto del llanto.

"Eh..Calma, aquí estarás a salvo y no pienso hacerte daño. Voy a protegerte Amy, sabes que puedes contar conmigo"

No se sabe si fue la mirada de Sonic plagada de ternura y bondad, los sentimientos de Amy o el mero sentido de supervivencia que llevo a Amy a relajarse y sentirse por primera vez en toda la noche segura. Abrazo al erizo, frío como siempre, pero con una innovadora calidez. Una calidez que solo provenía de algo que guardaba en su interior. Su corazón.