lunes, 1 de abril de 2013

25. - Reencuentros y alianzas

Llevaba varios kilómetros recorridos saltando de rama en rama. A pesar de los muchos años que habían pasado desde la última vez que había visto ese lugar, sabía perfectamente el camino. Rouge volaba a mi lado sorteando con gracia y elegancia cada rama. La luz del alba nos ofrecía un tenue resplandor y la paz del bosque nos hacía olvidar el peligro que nos acechaba.

" Entiendo tú elección Cris pero, procura que la próxima vez el intercambio sea en un lugar más cercano" A pesar de la presión, Rouge no perdía su sarcasmo y su tono melódico. Yo simplemente me reí para mis adentros. 

" No te preocupes. Si tenemos suerte no tendremos que repetir todo esto. Pero si por el contrario vuelve a darse una situación parecida, te prometo que tú serás quien elija el lugar y el momento del encuentro" 

Reímos y aumentamos la velocidad. Cuando finalmente logramos llegar al lugar todo estaba en calma y no se veía a nadie. Lo único que se oía era el sonido de las cascadas y el correr del agua por los ríos. Respire la fragancia de flores y humedad, recordando la primera vez que termine por accidente en ese lugar. Silbe una melodía y Rouge me miró sin entender la razón de mi cantó. De pronto, un pedrusco de considerable tamaño salió flotando de lo alto de una cascada. Reconocimos de inmediato el aura turquesa que rodeaba la piedra. Cuando se posó ante nosotros pudimos ver a nuestro viejo amigo. Su sonrisa seguía igual que siempre y sus ojos ámbar no habían perdido su brillo de buen humor. De un salto se situó frente a nosotras y levanto un pequeño saco que llevaba con aire triunfal. 

" Lo acordado." Ambas sonreímos al verlo. Hacía muchos años que no veíamos al erizo plateado. 

" Siempre tan eficiente, Plata" Canturreo Rouge al tiempo que le robaba de las manos la bolsa y se relamía al mirar las dos esmeraldas que guardaban. Yo por mi parte me acerque a Silver y le dí un abrazo. 

" Te he echado de menos, Silver" 

" Yo también os eche mucho de menos. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que estuvimos aquí, ¿recuerdas?" Dijo mientras miraba el paisaje y las grandes cascadas. 

" Como olvidarlo, casi me aplastas con una piedra como esa" Señale el pedrusco en el cuál había llegado flotando y él se río mostrando sus colmillos. 

" No es culpa mía que decidieses darte un paseo justo cuando estaba entrenando mi telequinesis" Risas "Aun que me entristece de gran manera la razón de nuestro reencuentro, amiga mía" 

" Lo mismo digo, no es plato de buen gusto para mí tampoco toda esta situación" Resople disgustada, en verdad me hubiese gustado que las razones hubiesen sido otras muy distintas. 

" Bueno eso tiene fácil solución" Objetó Rouge que ya había regresado tras su baboseo con las esmeraldas. " Terminamos con el nuevo clan de pacotilla que nos persigue, les damos una gran patada en sus apestosos traseros y los devolvemos al infierno, de donde nunca debieron haber salido" 

" Dicho así suena todo muy fácil" Los tres nos echamos a reír, pero yo lo hice de manera forzada. 

" Por cierto, ten Cris. Esto te hará sentirte mucho mejor" Atrapé al vuelo la esmeralda celeste y note al instante como toda su energía estremecía mi cuerpo. Kara no mentía al decir que la gema me haría recuperar  las fuerzas. No más había precisado de un minuto con ella, para sentirme con fuerzas de arrasar con un ejercito entero. Respire a mis adentros y mire a mis dos compañeros con energías renovadas. 

" Es hora de saldar cuentas" Ambos asintieron animados y emprendimos el regreso a casa. Pero debido a las prisas optamos por usar un control de caos combinado entre Silver y yo. Ya que Rouge aun se estaba recuperando de su último intento. Silver tomó la esmeralda rosa y juntamos nuestras manos con las esmeraldas al mismo tiempo que gritábamos <<CAOS CONTROL>>. Un fuerte destello nos rodeo y el hermoso paisaje del Splash Canyon se desvaneció. 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.--.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Me encontraba en mi despacho jugueteando con aquel viejo medallón, no lograba sacarme de la cabeza la conversación que había mantenido con Ángel. Habrían pasado varias horas desde que habíamos regresado, los demás miembros estaban durmiendo y Ángel... Bueno, ese chico debería de estar como yo cuando descubrí toda la historia. Tenía las persianas echadas, no quería saber nada del mundo exterior, solo aislarme y pensar.

El reloj marcaba las 5:10, no quedaba mucho para el amanecer. Seguí pensando en mis cosas cuando lo note, un nuevo olor, su olor. No, era imposible. Debería haber sido una ilusión por la falta de descanso.
La tranquilidad del exterior y el silencio desapareció, oía a Ashura gruñir y a otros miembros gritar insultos.

" ¡¿Qué haces aquí, chupa sangre?! ¡Los de tu calaña no son bien recibidos aquí!" El que hablaba era Storm.

" ¡ Márchate a no ser que quieras que te enviemos de vuelta al infierno!" Cuando abrí la puerta vi a toda mi manada enfurecida y atentos a los movimientos de la eriza azul.

"¡Si quieres pelea aquí te espero saco de pulgas!" Storm ya había empezado a transformarse cuando intervine.

" ¡STORM QUIETO!" El gran ave, ahora convertida en un lobo de pelaje gris claro con marcas en gris más oscuro, se sobresalto al oír mi grito. Todos los ojos se pusieron en mi, perfecto. "¿Qué quieres vampiro?" Grite con voz seca, la eriza al darse por aludida relajo la puse de lucha y me miro fijamente a los ojos.

" Vengo a negociar" Las risas y murmullos se extendieron entre la manada.

" ¡SILENCIO!..." Les lance una mirada de odio y todos bajaron las orejas asustados. " ¿Qué puedes tener TÚ que nos interese?" Percibí su enfado, lo que demonios la hubiese traído aquí, no era algo de buen gusto para ella.

" No es algo que YO tenga, sino un problema que nos afecta a todos"

" ¿Acaso vas a decirnos que vuestro número de presas han disminuido por nuestra culpa? Que lastima" Mi sarcasmo levanto risas entre mis camaradas mientras Kara hervía de furia.

" No es nada de eso. Solo te diré un nombre: Drake" Hice un gesto brusco con la mano y todos se callaron. Mi buen humor acababa de desaparecer. Hice un gesto a Kara para que me siguiera.

"Ven conmigo"

"Shadow... Podría ser una tram-" De un rugido hice callar a Ashura que, asustado, retrocedió.

"¿Siempre eres tan comprensivo?" Comento Kara sarcástica mientras yo cerraba la puerta.

"¿Tu especie huele a muerto por naturaleza o es solo que no te duchas nunca?" Gruño y se dio la vuelta sin contestarme.

"No he venido aquí a pelear, cuanto antes terminemos mejor para los dos." Paso el dedo por encima del escritorio, luego se sentó sobre él con toda confianza. Odiaba que se tomase esas confianzas, y más si mi manada estaba cerca.

" ¿ Es verdad que ha regresado?" La vampira volvio la cabeza y me miró con unos ojos verdes demasiado brillantes para ser normales.

" Si. Y no está solo. Al parecer ha conseguido reunir a un séquito de estúpidos que creen que pueden fiarse de ese demonio" 

Me quede pensativo, analizando e imaginando la situación que se nos echaba encima. Debíamos encontrar a ese demonio rápido.

" He pensado que si unimos fuerzas nos libraríamos del problema más rápido" Kara parecía preocupada mientrás miraba la hora del reloj de pared " Aunque me cueste y odie reconocer... Necesitamos la ayuda de los lobos, al igual que vosotros necesitais la nuestra" Nuestras miradas se juntaron, los recuerdos de la conversación con Ángel me hicieron sentir que algo se muría en mi interior, pero mantuve mi rostro inexpresivo. 

"¿ Lobos y vámpiros trabajando juntos? Parece el comienzo de un chiste malo..." Sin embargo mi pulla no le molesto. En su lugar me tomo la mano. Su piel era tan fría.

" ¡Escucham, máldita sea! ¡Ya no es solo nuestros clanes, si no toda la población mortal la que peligra si ese maníaco sigue suelto! Asi que por una vez..."

" Lo haré" Kara ya estaba soltando su discurso cuando la corte que tardo un par de segundos en recapacitar mis palabras. Abrió la boca como si fuese a decir algo pero no dijo nada " No va ha ser fácil convencer a los demás de que tendrán que trabajar codo con codo con los de tu especie, pero ninguno osará negarse" 

Tras mi comentario se produjo un silencio incómodo. Ambos nos mirábamos mutuamente pero ninguno hacía o decía nada para romper el momento. Kara lo rompio apartando la mirada.

"Pues solo nos queda firmar el acuerdo y me marchare a informar a los mios" Estendí mi mano y ella la apreto, sellando así nuestra alianza.