miércoles, 2 de octubre de 2013

26.- Querida, no eres poderosa

"Ah, y que no se te olvide la soda dietética guapo"

"Si, señorita Mina"

*La chica se encontraba sentada en un sillón tapizado en cuero, exactamente en su camerino, con aquella delicada y hermosa roca en las manos. No recordaba cuando la había adquirido pero si sabía que era muy especial, especial y hermosa. Mina , una mangosta de 17 años, se encontraba en una gira nacional de su recién estrenada carrera, pero.. no duraría mucho. Su bella esmeralda color ámbar relucía en su mano pero no lo suficiente para ver la figura que estaba detrás de ella..*

"¿No te aburres de estar todo el día mirando esa cosa? " Era un guapísimo erizo, con los ojos más brillantes y dorados que hubiese visto nunca...

"¿Necesitas algo? ¿Una foto? ¿Un autógrafo? " No es que le acosaran mucho, por eso le sorprendía verlo allí dentro de su camerino, frente a ella, y tenía un culaso...

"Solo a ti, preciosa" Se acercó a ella y la miró a los ojos "Será un gran final para una gran estrella" Y el mundo se desaparecía por un instante, y la sangre brotó...
Pero no necesariamente por un cuchillo.

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"Bien chicos, dejadme presentarlos a sus joyas" En las venas se sentía la tensión. Ninguno quería estar cerca del otro, pero si no querían que el maldito de Drake fuera el rey, deberían hacerlo. La unión hace la fuerza, dicen..."Storm... Rouge..." Ambos se miraron con mala cara y se saludaron con un apretón de manos. Nada más. "Ángel, Cris..." Había una tensión cuando ambos se saludaron, todos los presentes sabíamos que lo hacían por mera cortesía, pero había algo más, una historia, que marcaba la diferencia y esa tensión se transformaba en dolor y pura melancolía. "Y Ashura, esta es Amy..." La muchacha avanzaba lenta, llena de miedo. Eramos algo bastante viejo y desconocido para ella, pero, lo quisiera o no, sería parte de esto. Sonic la llevaba de la cintura, como todo novio a su mujer, pero en este caso al parecer era para que Ashura no se le tirará encima. El azul destilaba rabia, su mirada era bastante profunda y totalmente frustrada por el hecho de que no pudiera cuidarla, y tenerla para el solito... Ashura en cambio estaba bastante tranquilo, sorprendido de que Amy aún no fuera una vampira, mejor dicho, de que no lo fuera.

"Bienvenida" Exclamó el líder de los lobos, Shadow, observando con goce el rostro deseoso de Rouge, le plante un codazo a la murciélago para que entrara en razón. "Podéis dejarlas aquí, Kara, estarán a salvo sin tí y Sonic"

"Oh no me iré sombrita. Me quedare con mis chicas" Sonreí con confianza, le cabreaba que le llamara así, no sé porqué, pero lo hacía.

"¿Puedes prestarme tu joyita para averiguar quien es tu guardián, chupa vida?" Me observó con malicia, como m*erda se le habría ocurrido eso?

"Tómala si quieres chico, debe de estar a muchos kilómetros de aquí..."

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"¡CONEJA ESTÚPIDA! ¿¡COMO NO SE TE OCURRIÓ CALLAR LA MALDITA BOCA!?"

"Lo..lo siento, señor..." Jenny temblaba,  con ese ojo morado que solo Rouge podía dejar, nada se le podía escapar al grandioso Drake. Le habían robado la esmeralda a su más reciente peón y ahora las malditas vampiras tenían cinco, de la nada, cinco malditas joyas.

"Vete al salón, maldita puta, al salón de torturas, te enterarás de lo que es sufrir" Mientras Jenny salía de la habitación a mar de vidrios, entraba Cameron, con un cuerpo al hombro y una sonrisa. Observó el ojo morado de Jenny y dedujo que había fallado. Al cerrar la puerta se acercó a Drake y dejó el cuerpo a sus pies. A continuación extrajo de los pechos de la mangosta una esmeralda color ámbar y se la entregó en sus oscuras manos.

"¿Sigue con vida?" Preguntó obstinado el de ojos marinos.

"Claro que si Drake, me sé la historia. No soy estúpido. Si no ya hubiera asesinado a la colegiala hueca" Respondió Cameron con desdén, recordando el rostro de mechas grises de la bella Cristalice. "La he transformado, es de las nuestras"

"Bien" Una sonrisa perversa se dibujó en su rostro "Encárgate del resto, debo ir a por Jenny"

Caminó sin prisa, dando vistazos a lo que hacían sus pequeñas y malditas obras maestras. Le encantaba que todos y cada uno le hicieran caso y se unieran a él. Por eso sentía un rencor profundo a Kara, porque no se había unido a él cuando debió, porque no siguió a Cameron, porque se encariño con Cristalice por el recuerdo de su hermana, y porque nunca pudo olvidar, aunque no lo recordara, por irónico que suene, los ojos de Shadow. Él lo sabía, era de esperarse. Sabía el final, sabía todo lo que iba a pasar y su venganza se basaba a base de que todo saliera como debiera. Todos al final sufrirían y reinaría una paz melancoliosa, todo sería tan triste que ni siquiera él haría falta para el caos.
Ahí estaba, frente al cuarto de torturas, deseaba hacer esto, así que simplemente entro. Jenny estaba acurrucada en un rincón, envuelta en un mar de pequeños vidrios transparentes, Drake rió para sus adentros y se acercó decidido agarrando su antebrazo para levantarla. Su muñeca era delgada, pensó, así que después de terminar su trabajo le pondría las argollas con el diámetro mas pequeño.

"A la mesa, rápido perra" Jenny corrió y se recostó sin ponerse demasiado cómoda. Mientras, el erizo sacaba de un mueble roído un estuche de cuero gastado con un broche de cobre, al abrirlo, Jenny observó la infinidad de cuchillos que podría imaginar, el que más le llamó la atención era uno curvo. En su vida pasada solía utilizarlo para cortar de raíz el maíz, pero el filo le daba escalofríos.

"No te amputare ninguna extremidad, pero eso no quiere decir que te sacaré nada, no te muevas y todo será rápido y morirás más rápido ahí afuera, ¿entendido?" La coneja asintió miedosa, confirmando que ella había entendido procedió a sacar el cuchillo más pequeño y cortó la yema de su pulgar derecho, la sangre callo de inmediato. "A penas estoy calentando, puta" Aparecieron tentáculos de sombras detrás del erizo que comenzaron a tomar los cuchillos, haciendo cortes grandes y pequeños por todo su cuerpo, y otros sacando pedazos de carne de su cuerpo, le arrancó un pedazo de trasero y no pudo evitar gritar en todo el proceso. "Hey, que no estas en tu climax, rexy (mezcla de las palabras ramera y anoréxica) te haré callar.." El primer cuchillo, sujeto por una sombras, le hizo un corte en el labio y luego al ella abrir la boca, en la lengua. Luego siguió bajando sin tocar sus paredes bucales ni su faringe y cortó sus cuerdas bocales, el dolor fue horrible, pero ya no pudo gritar mas. "Ahora el gran final..." Agarró el primero, el curvo, y lo acerco a su cara, luego el dolor le hizo darse cuenta que de una movida le había sacado un ojo. Se sentía asquerosa, llena de sangre, y, más que nada... vulnerable...

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